El Día Mundial de la Depresión en nuestra era
El Día Mundial de la Depresión se conmemora cada 13 de enero. Las razones de hacerlo son múltiples, aunque las principales pasan por aumentar la conciencia sobre los problemas de salud mental, promover la compresión de estos y reducir su estigma. Y es que, a pesar de su prevalencia, la depresión sigue siendo estigmatizada en muchas culturas, lo que dificulta que las personas busquen ayuda y apoyo. En esta entrada, exploraremos qué significa la depresión, cómo afecta a las personas y qué podemos hacer para tratar este problema de salud pública que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a más de 264 millones de personas en todo el mundo. Pero ¿qué es la depresión y desde cuando es considerada una enfermedad? ¿Ha existido siempre o pertenece más a la época moderna? ¿Puede la neuromodulación no invasiva ayudar a una persona con depresión? Conmemoramos el Día Mundial de la Depresión entrevistando a la psicóloga Sandra Nogués, creadora del método BeBright y directora del centro del mismo nombre en Barcelona. Pero, antes de charlar con ella hacemos un poco de historia y te contamos qué entendemos por depresión.
Día Mundial de la Depresión: Definición del término
Ya hemos explicado las razones de peso que nos llevan a conmemorar el Día Mundial de la Depresión cada 13 de enero. Un día señalado en el calendario porque la depresión es mucho más que sentirse triste o melancólico. Déjanos recordarte que la depresión es la principal causa de discapacidad en todo el mundo, y puede tener graves consecuencias para la salud física y mental. Por tanto, estamos ante una enfermedad mental que puede afectar profundamente la vida de quienes la padecen. Las personas con depresión a menudo experimentan una tristeza persistente, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban, fatiga, problemas de sueño y una falta de autoestima notable. Puede manifestarse de diferentes maneras y afectar a personas de todas las edades, géneros y orígenes.
La depresión ha sido reconocida como una condición de salud mental durante siglos, aunque la comprensión y el tratamiento de la enfermedad han evolucionado a lo largo de la historia. En épocas antiguas, se describían síntomas depresivos en textos médicos y literarios. Sin embargo, el estigma y la falta de comprensión sobre la salud mental a menudo llevaban a que las personas con depresión fueran malentendidas o marginadas. Antes, la depresión era considerada en gran parte como un trastorno emocional o una manifestación de debilidad de carácter. No fue hasta el siglo XX que la depresión comenzó a ser ampliamente reconocida como una enfermedad mental legítima.
Entrevista a la psicóloga, Sandra Nogués, en el Día Mundial de la Depresión
Sandra Nogués es licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona y cuenta con una trayectoria profesional de más de 25 años, en los que no ha parado de formarse. Como dice nuestra protagonista, tiene en su haber más de 47.000 horas de rodaje en el campo de la psicología aplicada, en terapia individual, familiar y grupos.
Sandra, bienvenida. Gracias por atendernos.
Gracias a vosotras por darme la oportunidad.
«La pandemia fue un impacto traumático en nuestra sociedad tanto a nivel colectivo como individual. Nos vimos traumados por varios factores. El más relevante a destacar fue el miedo: el miedo a perder la salud, el miedo a perder a los seres queridos, el miedo a morir y el miedo a perder la libertad»
Si hablamos de salud mental, y más en concreto de depresión, podemos afirmar que existe un tabú que siempre ha perseguido al término…no sé si en este sentido la pandemia del COVID ha marcado un antes y un después.
Es cierto que el término de salud mental ha llevado consigo asociado un concepto de locura y de desequilibrio a modo peyorativo. La sociedad ha demonizado durante mucho tiempo el hecho de acudir a un psicólogo. Pedir ayuda psicológica para afrontar dificultades mentales y/o emocionales era considerado de persona débil, inferior y/o vulnerable. Una gran lástima que se hayan dado tantos prejuicios sobre las terapias psicológicas, ya que en consecuencia ha alejado a muchas personas de poder ser ayudadas a niveles que, ni la psiquiatría ni la medicina convencional, pueden ayudar.
En este sentido, no ha sido hasta hace poco que se ha entendido la diferencia entre psiquiatría y psicología, ambas disciplinas muy confundidas. En la última década, muchos y muchas psiquiatras se han decantado hacia el abordaje más psicológico. Esto evidencia algo importantísimo: la herramienta de la terapia psicológica es imprescindible e, incluso, prioritaria a la medicación, en muchos casos. Que esta rama de la medicina se haya acercado a la psicología, ha generado un efecto de validación de la psicología como herramienta fundamental para el cambio y la transformación de la psique. Es necesario hacer hincapié en todo esto en el Día Mundial de la Depresión.
La pandemia fue un impacto traumático en nuestra sociedad tanto a nivel colectivo como individual. Nos vimos traumados por varios factores. El más relevante a destacar fue el miedo: el miedo a perder la salud, el miedo a perder a los seres queridos, el miedo a morir y el miedo a perder la libertad.
El miedo es una de las emociones básicas más viscerales y necesarias en nuestro cerebro para la supervivencia. El miedo tiene una función importantísima de protección ante el riesgo y el peligro y, en consecuencia, se activa para asegurar la vida y la subsistencia. Me permite mantenerme a salvo. Es por ello que el COVID ha dejado una huella muy profunda en la sociedad. Nos activó la emoción del miedo y nos llevó de forma individual a conectar con patrones y respuestas de supervivencia. Es importante saber que cuando el estado de miedo es sostenido y no controlable, el sistema nervioso activa estados crónicos de simpaticotonía. Esta activación puede derivar en estrés crónico, ansiedad, problemas para conciliar el sueño, respuestas obsesivo-compulsivas, tics, disfunciones digestivas, problemas cardíacos o metabólicos, entre otros. El estado de miedo sostenido activa esta simpaticotonía, es decir, nuestro nervio simpático está constantemente activado para prevenir el riesgo y, por ende, entramos en estados de estrés crónicos.
La pandemia claramente marcó un antes y un después en nuestra forma de conectarnos con nosotros mismos y nuestras necesidades o ilusiones. La forma de vincularnos con los demás y el mundo. Generó un estado social de mayor conciencia sobre el presente, el compartir y la vida que nos rodea. Me gusta ver en toda la parte positiva de cada situación, y creo que esta pandemia ha devuelto vida y conexión a una sociedad dormida y desconectada.
Gran parte de la elevada demanda en terapias psicológicas durante y postpandemia, fue dirigida hacia síntomas propios del impacto de la pandemia. Sin embargo, cabe destacar que muchas de estas personas, referían malestares que se prolongaron postpandemia y que incluso se cronificaron meses y el año posterior. Este tipo de somática habla de ese inconsciente desencapsulado de nuestra psique, gracias al impacto puntual de la pandemia.
Hace tiempo escuché a una persona decir, «yo es que voy al psicólogo, y no es porque esté mal ahora, es porque no quiero estarlo». ¿Es correcto esto? ¿Es bueno ir al psicólogo como prevención?
Se puede acudir a un profesional de la psicología por varias razones. Las tres principales podrían ser:
- Para arreglar o trabajar una desregulación, dificultad o situación de malestar activa que proviene del presente.
- Para trabajar consecuencias presentes de una situación, trauma o dificultad pasada.
- Para, estando bien en el presente, buscar acompañamiento profesional con el ánimo de prevenir, evitar y mejorar aspectos de uno mismo. Por ejemplo, aprender a relacionarme mejor, a saber, gestionar mejor el sistema nervioso en determinadas situaciones, focalizar más la atención, entre otras.
El hecho de acudir a consulta no tiene que estar únicamente asociado al malestar, al problema mental, emocional o a la psicopatología. Esta asociación es un error. Nuestra labor como profesionales de la psicología es acompañar a las personas en todos los ámbitos y situaciones. Ya sea por una disfunción, problema o patología; o bien para acompañar a la persona en su crecimiento personal, propósito de vida y desarrollo de herramientas.
Lo que si está claro es que psicología del siglo XXI es la profesión que puede y debe ayudar a desarrollar el máximo potencial y plenitud de las personas.
Enhorabuena a todas las personas como esta que comentas que acuden a la psicología para ser mejor personas. Prevenir es coger la autopista. Conducción fácil y rápida para llegar dónde quieres llegar. Hay quién se empeña en carretera secundaria. El camino se hace al andar, pero si andas con herramientas y conciencia, sufrirás menos y tropezarás menos veces, aprenderás antes y conseguirás tu propósito en menos tiempo. Es una elección.
Depresión y dolencias de índole físico
A las puertas del Día Mundial de la Depresión queremos hablar de esta enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo. La depresión, si no es tratada, ¿puede convertirse en caldo de cultivo para padecer otras enfermedades de índole físico?
La depresión, como otros muchos trastornos psicológicos, es la consecuencia, no la causa, de que nuestra psique, mente y emociones estén sufriendo o padeciendo algo en silencio. Algo que puede venir tanto del presente como del pasado. La depresión es la respuesta no adaptativa a un impacto emocional que tu sistema psíquico no ha podido gestionar, elaborar o superar.
Empecemos por el principio. Si una persona va acumulando sentimientos de malestar relacionados con la tristeza, el enfado, la impotencia y la frustración de forma continuada y prolongada, sin tener herramientas para gestionar esas emociones en su día a día; esas emociones repetidas generarán en la persona, una indefensión aprendida. No puedo cambiar esta realidad, no puedo hacer nada o haga lo que haga nada sirve para cambiar y dejar de sentirme así. Por lo tanto, el cerebro inicia el proceso de anclaje de un patrón en la identidad. Como me veo expuesto a convivir con estos sentimientos y no puedo luchar contra ellos, acaban dando forma a mi identidad, mi personalidad y mis rasgos. Me convierto en una persona depresiva. Mi carácter puede empezar a cambiar, dejar de hacer cosas que hacía, cambiar hábitos a otros menos positivos o abandonarme. A lo largo de los días y semanas, estos estados van definiendo mis patrones de comportamiento, y mi cerebro acaba asociándome con ese formato, y entonces asocio que “yo soy eso”. A pesar de que esa persona no sea yo, sino la consecuencia de los sentimientos negativos sostenidos de los que hablábamos al inicio, acabo comportándome y funcionando desde esos estados. Cuando estos estados se prolongan el tiempo, mi identidad se ve afectada y acabaré dañando una parte de mi yo. Aquí ya tengo un trastorno depresivo.
En el Día Mundial de la Depresión y siempre, es importante recordar que tratar la depresión lo antes posible es fundamental para evitar este proceso de anclaje de estados del yo y de daño en nuestra identidad. La buena noticia es que, por lo general, muchas de las depresiones son reversibles. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que cuanto antes se acuda a un profesional de la psicología, antes y más fácil se podrá revertir el problema. Se necesitarán menos sesiones de tratamiento y un menor tiempo de terapia. Cuanto más tiempo lleve en curso una depresión, más costosa en tiempo y resistencias, es la intervención. Cabe mencionar la relevancia no solo del tiempo que se lleva en depresión, sino también del tiempo que la persona lleva medicada (en caso de estarlo). La medicación puede ser una gran aliada o resultar perturbadora para la mejora, ya que anestesia síntomas y puede generar un mayor efecto de encapsulación del contenido emocional y psicológico a tratar en la intervención psicológica.
Sandra Nogués, psicóloga y CEO del centro BeBright en Barcelona
Estamos hablando de una enfermedad que puede tener múltiples caras, es decir, existen muchos tipos de depresión. Cuando el paciente entra en consulta, ¿es complicado obtener un diagnóstico en este sentido?
La depresión pude tener varias formas. Estas formas son las diferentes muestras somáticas que presenta la persona. Lo más importante en el diagnóstico es el tiempo de evolución de estos estados depresivos, y la intensidad del efecto en la autoestima, autocuidado de la persona, los comportamientos y conductas, y la afectación en el día a día. Según el nivel de afectación en la vida diaria, es necesario proceder con una terapia psicológica intensiva, tanto activa como pasiva; y derivar en paralelo a psiquiatría para la prescripción de medicación si el estado del paciente afectase de forma importante las funciones y actividades de su día a día. Empezar con la terapia psicológica intensiva es fundamental para poder acompañar al paciente de forma sostenida en la reparación y reconstrucción de los estados emocionales subyacentes al trastorno.
Día Mundial de la Depresión: Síntomas y tratamiento
¿Existen signos de alarma para detectar que una persona está atravesando un episodio depresivo? ¿Cuáles son?
Es importante, a las puertas del Día Mundial de la Depresión, recordar que existen algunos síntomas claros de la depresión, sí. Son los que podemos detectar con facilidad y que, si se muestran de forma sostenida, podrían indicar que la persona no está teniendo recursos para regular situaciones y/o momentos vitales presentes, pasados o de un futuro cercano.
Estos son algunos:
- Muestra de agotamiento físico, falta de energía, desgana en general y dejadez. Sentimientos de tristeza generaliza y/o apatía.
- Observar si la persona está más inquieta de lo habitual, muestra intranquilidad y agitación de forma desajustada a la situación, o incluso si tiende a contestar de forma más déspota o con respuestas de ira o rabia.
- Dificultades para conciliar el sueño, incluso dormir menos horas de lo habitual.
- Baja autoestima, es decir, si la persona tiende a dudar más de sí misma, a sentirse más culpable, desesperada, o tiene muestras de rechazo u odio hacia sí misma, su forma de ser o su cuerpo.
La psicología es una ciencia en constante evolución lo que supone para el profesional un continuo estudio y búsqueda de nuevas herramientas para trabajar en consulta, ¿me equivoco?
Estás en lo cierto. Un buen profesional nunca debe dejar de aprender y buscar. A mi parecer es éticamente necesario estar en formación continuada para poder ofrecer una ayuda terapéutica adecuada a cada persona, circunstancia, diagnóstico, necesidad individual, y momento vital y social.
La sociedad, el ser humano y la psique, están en constante movimiento e interacción. Por lo tanto, aprender a abordar las necesidades de cada etapa social y fases de la persona, mediante nuevos estudios y conocimientos, me resulta fundamental. El objetivo final es poder abordar de forma más eficaz tanto los trastornos existentes ya conocidos, como las nuevas patologías, necesidades o problemáticas que puedan surgir en la humanidad.
La Neuromodulación No Invasiva NESA® y su aplicación en casos de depresión
Háblame de la neuromodulación no invasiva que usas en consulta, ¿en qué consiste? ¿Cómo la integras en tu práctica clínica?
En el centro BeBright Barcelona usamos una metodología propia integrando varias orientaciones psicológicas, métodos, y herramientas de trabajo y de terapia. El objetivo es trabajar al ser humano de forma esférica y en su totalidad. Por un lado, tenemos módulos de intervención de terapia activa y, por otro lado, fases de intervención con terapia pasiva.
La neuromoduclación no invasiva es un tratamiento pasivo sobre el sistema nervioso autónomo. El tratamiento de electroterapia es casi imperceptible, por lo que no es invasivo para la persona que viene a consulta.
La neuromodulación es una de las herramientas que usamos en las fases de terapia pasiva. Introducimos el abordaje con neuromodulación no invasiva según el diagnóstico, casuística de evolución del problema, evaluación del historial clínico y el motivo de consulta del paciente. La integramos de forma paralela a las terapias activas de psicología y a otras terapias pasivas de estimulación neurosensorial. Por lo general, ya en las primeras fases de tratamiento introducimos la terapia pasiva con el dispositivo médico XSIGNAL®. Nos ayuda a poder activar mejor los circuitos neurosomáticos, a crear conciencia con más rapidez y a desbloquear toda la memoria somática tanto de traumas pasados, como recientes. La terapia ayuda a aumentar la reconexión con uno mismo de forma excelente. Cuando la persona viene con una disociación, es una herramienta complementaria altamente útil.
«El sistema autónomo es el que somatiza lo que viene del sistema central, del cerebro. Por ello, cuando estamos tristes, enfadados, angustiados, nos puede doler el cuerpo o podemos tener tensiones musculares»
¿Tan importante es cuidar nuestro sistema nervioso autónomo si hablamos de salud mental? ¿Por qué?
Es de vital importancia cuidar el sistema nervioso. El sistema nervioso es la base de nuestra vida, de nuestra estructura y dónde habita nuestro yo, nuestra psique. El SNA tiene dos partes interconectadas: el sistema nervioso central y el sistema nervioso autónomo.
Por un lado, tenemos el sistema nervioso central, el cerebro, y toda la estructura dentro del cráneo. Por el otro, está el sistema nervioso autónomo, que es el que abarca desde el tronco del encéfalo (zona baja del cráneo) hacia todo el cuerpo. Una red de fascias cubre todo nuestro cuerpo y lleva toda la información de dos nervios muy importantes: el nervio vago y el nervio simpático. La información baja por la columna vertebral e irradia todos los órganos y el cuerpo a través de esta red de fascias.
El sistema autónomo es el que somatiza lo que viene del sistema central, del cerebro. Por ello, cuando estamos tristes, enfadados o angustiados, nos puede doler el cuerpo o podemos tener tensiones musculares. Cuando tenemos pensamientos negativos, miedos o disgustos, nos duele el pecho, digerimos peor o no podemos descansar bien.
El sistema central manda al autónomo toda una serie de información somática que modula toda la respuesta del corazón, la respiración, la digestión, para bien o para mal.
Cuidar el sistema nervioso autónomo implica regular los ciclos de sueño, tener una buena alimentación, hacer ejercicio físico adecuado, respirar y oxigenar bien el cuerpo. Pero no solo eso, sino que para poder cuidar el sistema nervioso autónomo es necesario regular nuestras respuestas de ansiedad, de estrés, de ira, de tristeza, la negatividad, los miedos, porque todo lo que ocurre en nuestra mente pasa directamente a nuestro sistema nervioso autónomo, que es el cuerpo y la respuesta fisiológica.
Beneficios del dispositivo médico XSIGNAL® en pacientes con depresión
¿Cuánto tiempo llevas trabajando con el dispositivo médico XSIGNAL®? ¿Qué beneficios crees que aporta a tus pacientes?
Empecé a usar la tecnología médica NESA® hace exactamente un año. Los beneficios son múltiples. Ya no concibo mi metodología sin su uso.
En BeBright usamos esta tecnología médica basada en microcorrientes bioeléctricas de bajo amperaje en distintos casos:
- Desbloquear somática física, emociones ancladas en el cuerpo recientes y pasadas. Liberar y regular ansiedad y angustia.
- Disminuir los estados físicos de fobia.
- Regular estados mentales y cognitivos.
- Mejorar la memoria y la atención.
- Mejorar el descanso y el sueño.
- Tratar enfermedades crónicas o pasajeras.
- Aliviar síntomas de estrés crónico.
- Reducir la hiperactividad, compulsiones y comida compulsiva.
- Aliviar el dolor pasajero o crónico.
- Desbloquear y liberar memorias de generaciones anteriores, a nivel psicogenealógico.
En resumen, es una terapia muy beneficiosa para optimizar todo el sistema nervioso.
Por otro lado, en nuestro método BeBright, también incluimos como parte del tratamiento la terapia pasiva a domicilio con los packs de conductores NESA®. Estos conductores, a diferencia de la terapia pasiva en el centro, no transmiten corrientes bioeléctricas. El principio de la aplicación de los conductores es reconducir y reorientar tu propia energía celular para equilibrarte y equilibrar diferentes áreas del cuerpo (sistema nervioso autónomo). Por eso existen distintos protocolos para cada tipo de paciente. Desde el centro se les hace un seguimiento individualizado del tratamiento que siguen a domicilio. Los conductores no sustituyen al tratamiento madre de NESA® en consulta, pero sí funcionan muy bien como complemento.
De hecho, muchos pacientes se sorprenden cuando experimentan por sí mismos los efectos en casa: «duermo mejor y hacía tiempo que no dormía con este nivel de profundidad», «estoy menos reactiva», «me siento con menos hinchazón», «puedo controlar mejor el consumo de azúcares», «ya no tengo presión en el pecho y no siento ansiedad», son solo algunos de los comentarios que he recibido.
Para la persona es de gran ayuda poder regularse entre sesiones, tener un apoyo natural y sano que no tenga que pasar siempre por la medicación, y reducir la sintomatología que afecta su día a día.
Considero que, para realizar un buen trabajo de desbloqueo de la persona, la terapia debe ser integral y para ello necesitamos abordar la parte mental, la parte emocional, el área conductual y comportamental, y el área del sistema nervioso y, por último y no menos importante, el área del propósito de vida y desarrollo o conexión espiritual.
¿Recomendarías la neuromodulación a colegas de profesión? ¿Y a pacientes?
Sin dudarlo, la recomendaría. No concibo el tratamiento de terapia psicológica sin terapia pasiva con la Neuromodulación No Invasiva NESA®.
He visto que integrando mi metodología BeBright (método neuro-bio-psicológico) en colaboración con la terapia bioeléctrica NESA®, he conseguido generar cambios más rápidos y duraderos en la mente, en los estados emocionales.
De hecho, mi recomendación es tener en cuenta el trabajo con el sistema nervioso autónomo. Es la única forma de realizar un desbloqueo integral de todo el sistema.
Ya para terminar, ponnos un ejemplo de caso clínico en el que la neuromodulación haya jugado un papel fundamental.
A modo de breve ejemplo, podría hablarte del caso de una mujer que llegó a consulta con síntomas de agorafobia, pánico, ansiedad y unos fuertes dolores no asociados a ningún diagnóstico médico, es decir, psicosomáticos. Un cuadro depresivo, obsesivo, ansiedad generalizada y trastorno de dependencia emocional. Esta mujer no se atrevía a salir de casa por miedo a sufrir ansiedad y dolor. Sus ciclos de sueño estaban desregulados y no descansaba. Muy nerviosa e histriónica. Emocionalmente miedosa, muy insegura y dependiente.
En aquel momento, mi agenda estaba llena a dos meses vista, y al no poder atenderla con rapidez, le propuse que, mientras esperábamos un hueco de anulación, trabajásemos con la terapia pasiva de Neuromodulación No Invasiva NESA®. Nos centramos en tres objetivos: el descanso, la regulación del sistema nervioso y la ansiedad y el dolor. Ella confió e inició el tratamiento. A la quinta sesión, sorprendentemente, ya no tenía ansiedad para salir de casa, descansaba mucho mejor, y tenía ganas de salir a la calle a pasear a su perro. Empezó a recuperar energía y conexión con ganas de hacer cosas y relacionarse con el mundo. Al cabo de dos semanas pude verla en consulta e iniciamos la terapia activa con intervención psicológica. Al inicio hacíamos una sesión y media semanal de terapia activa conmigo y dos sesiones semanales de terapia pasiva con neuromodulación. El dolor psicosomático también empezó a remitir y ella pudo volver a hacer vida normal.
Solo con la psicología, hubiera tardado mucho más en llegar a desbloquear todo el dolor emocional anclado en la zona del bajo vientre y memorizado en su cuerpo.
Los resultados de la unión de ambas terapias dentro de nuestro método, generó al cabo de unos cinco meses, y de forma progresiva, cambios espectaculares. Estoy muy orgullosa de su esfuerzo, disciplina, perseverancia y confianza en mí como profesional y en nuestra terapia. Quién realmente quiere ser ayudado, busca y, al final, encuentra a la persona y las herramientas que le ayudan.
Qué hacer si se detectan síntomas de depresión
Antes de irnos, en el Día Mundial de la Depresión, ¿qué hacemos si detectamos algunos de esos síntomas que indican una posible depresión? ¿Qué pasos tendríamos que seguir?
Si detectas síntomas de depresión en ti: párate, anótalos, toma conciencia de lo que te está pasando. Revisa cuánto tiempo hace que te pasa. El primer acto debe ser reconocer que me pasa algo. Acto seguido, recuerda que pedir ayuda es de valientes, así que busca ayuda de un profesional de la psicología, porque tiene la formación necesaria para poder abordar este tipo de problemas y te ayudará con herramientas para que puedas salir de este estado. Si no sabes de ninguno, pide referencias o pregunta a tus amigos o familiares que puedan recomendarte a quién acudir. Recuerda que naturalizar que te pasa algo, es bueno y permite que tu entorno más cercano pueda ayudarte.
Si detectas estos síntomas en un familiar, amigo o persona de tu entorno, mi recomendación sería la siguiente.
Pregúntate: ¿Esa persona es consciente de lo que le pasa? ¿Puedo yo preguntar y acercarme para hacerla sentir que no está sola y que quiero ayudarla? ¿Está abierta a mi ayuda?
Todos necesitamos sentir que alguien nos entiende y que no estamos solos. Que lo que nos pasa no es algo raro y que tiene solución. A veces, acercarte a alguien y preguntarle cómo estás, te siento triste, y verbalizar eso que observas desde fuera, permite que esa persona se abra y quizá pueda hablar de su situación contigo. Allí puedes conducir y recomendar a esa persona para que pida ayuda profesional.
La generosidad emocional es un don natural, saquémosle partido.
Sandra Nogués, muchas gracias.
Gracias a vosotras.
Conoce más a Sandra Nogués, psicóloga especialista en neuromodulación no invasiva
Licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona, sus aprendizajes profesionales se han desarrollado en países como: España, Suiza, Estados Unidos, Francia y Países Bajos. Cuenta con un posgrado en Educación Emocional y está formada en Psicología del Deporte, Psicología Coaching, Psicología de la Maternidad y Vínculos, Mindfulness y Control Mental, Desprogramación Biológica y Psicosomática, abordaje del Trauma, terapia pasiva en Estimulación Neurosensorial y terapia pasiva en Neuromodulación No Invasiva NESA® y terapia Polivagal, entre otras.
Tras integrar todo este bagaje profesional y personal, nuestra invitada crea una metodología propia personalizada a cada paciente, BeBright Method.
Actualmente, dirige el centro BeBright en Barcelona, donde concentra su trabajo profesional, de forma presencial y online.
Día Mundial de la Depresión: En busca de un estilo de vida saludable
Si bien es cierto que el estilo de vida moderno puede influir en el desarrollo de la depresión, no es la única causa ni es exclusiva de esta época. La depresión es una afección multifactorial que puede ser desencadenada por una combinación de factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. Aquí hay algunos aspectos del estilo de vida actual que pueden contribuir a la depresión:
- Estrés: El ritmo de vida acelerado, las demandas laborales y las presiones sociales pueden aumentar los niveles de estrés, lo que a su vez puede desencadenar o agravar la depresión. Recuerda que una activación desmesurada y mantenida en el tiempo de nuestro sistema simpático es perjudicial para nuestra salud.
- Conexión Digital: Aunque la tecnología moderna nos conecta con el mundo a golpe de clic, también puede llevar a la soledad, la comparación constante y la adicción a las redes sociales, factores que pueden contribuir a la depresión.
- Falta de Actividad Física: La vida sedentaria y la falta de ejercicio pueden afectar negativamente la salud mental. La actividad física regular se ha asociado con la mejora del estado de ánimo y la reducción de los síntomas depresivos.
- Dieta y Nutrición: Una alimentación deficiente y desequilibrada puede afectar el estado de ánimo y la salud mental. Consumir una dieta rica en nutrientes es importante para el bienestar emocional.
- Aislamiento Social: La falta de interacción social real y cercana puede aumentar el riesgo de depresión. Las relaciones sociales sólidas y el apoyo emocional son cruciales para la salud mental.
Antes de irnos, en vísperas del Día Mundial de la Depresión, que se celebra cada año el 13 de enero, recordamos que la conciencia y el apoyo son fundamentales para abordar este trastorno de manera efectiva en la sociedad actual.